Uno de mis programas de televisión favoritos de todos los tiempos fue Northern Exposure, y en ese programa, en un episodio, llegó la mejor historia de Navidad y las noticias más inclusivas de consuelo y alegría que jamás haya escuchado. Merece ser repetido – y repetido – y repetido.
Chris, el DJ local, conocido por su amor por Whitman, está en la radio una Navidad y comparte esta breve pero hermosa historia de Navidad.
Es una vieja leyenda que en Nochebuena a medianoche, todos los animales caen de rodillas y hablan, alabando al Jesús recién nacido.
En el invierno del 69, mi papá estaba haciendo un período corto para D y D. Mamá estaba… no estoy seguro de dónde estaba mamá. De todos modos, estaba solo en casa en Nochebuena y me quedé despierto hasta tarde para ver si mi perro, Buddy, hablaba. Lo hizo, al menos creo que lo hizo. No recuerdo las palabras exactas de Buster, pero eso no es importante. Lo que importa es que un niño de siete años experimentó su propia epifanía personal.
¿Mi punto? Es que la Navidad se revela a cada uno de nosotros de una manera personal, ya sea secular o sagrada. Sea lo que sea la Navidad, y son muchas cosas para muchas personas, todos somos dueños de una parte de ella. Algo así como la bolsa de Papá Noel, dentro hay un regalo para todos.
Mi deseo de Navidad para ti esta noche: que tu perro hable.
Eso es lo bueno de la Navidad. Los orígenes de esta temporada festiva descansan firmemente en los sentimientos antiguos, precristianos y anteriores a la Iglesia sobre el día más largo y oscuro del año. No es un gran secreto que prácticamente todas nuestras tradiciones y costumbres navideñas no están arraigadas en nada bíblico.
El nacimiento de Jesús es sólo una de las muchas «razones para la temporada». La Navidad no pertenece a ningún grupo, fe, tradición o religión. La Navidad es una de las festividades más inclusivas y maleables que jamás haya existido. Construimos nuestros propios significados para las vacaciones, para la temporada.
Paganos o cristianos, judíos o gentiles, ateos o fieles, todos somos parte de esta época tan maravillosa del año, y todos traemos nuestras propias costumbres y tradiciones a la mesa. Todos deberíamos probar lo que trae el otro.
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