Nací varón. Tengo todas las partes y piezas necesarias, flecos y accesorios, que me hacen un hombre biológico. Ni una sola vez en toda mi vida me he cuestionado mi género (o qué género me atraía sexualmente; otra publicación para otro día). No entiendo cómo alguien podría estar «confundido» acerca de su género cuando es tan biológicamente evidente cuál es su género.
Pero entonces, y no sé cómo expresarlo con delicadeza o cortesía…
NO ES MI PUTO NEGOCIO
Lo que una persona siente acerca de su género de nacimiento, lo que quiere hacer o no hacer con sus partes de nacimiento, no es asunto mío. Tampoco es ninguno tuyo. Parafraseando al gran Thomas Jefferson, no me perjudica que mi vecino diga que él es un ella o ella es un él. Ni me hurga en el bolsillo ni me rompe la pierna.
Conocí y trabajé con una persona transgénero (hasta donde yo sé), y hasta el día de hoy me entristece mucho el hecho de que no se sintiera cómoda para ser abierta sobre quién era con nuestro muy abierto y amistoso grupo de compañeros de trabajo Y ahora me entero de que la administración de Cheetoh In Chief quiere borrar lo transgénero del vocabulario de las protecciones federales de los derechos civiles.
¿Por qué? En serio. ¿POR QUÉ? ¿Cómo afecta la identidad de género de alguien a tu vida? ¿Cómo se puede justificar negar la protección de los derechos civiles a alguien en función de cómo se siente con respecto a sus genitales?
No sé lo que es ser transgénero, pero sé que es un movimiento de mierda hacer retroceder las protecciones de los derechos civiles de un grupo de personas que saben lo que es.
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